martes, 27 de octubre de 2015

El "Rancho de la Brea" capturó a las bestias.



Cuando alguien piensa en yacimientos paleontológicos se imagina un lugar de tierra con polvo y delimitado con cuerdas formando cuadrículas. Pero el yacimiento de fósiles de "El Rancho de la Brea" en Los Ángeles, EE.UU es diferente en ese y en otros muchos aspectos.
 
Reconstrucción de mastodonte.
Los paleontólogos extraen los huesos fosilizados hace 40.000 años con dificultad. El alquitrán almacenado hace más de 40.000 años ha conservado en perfecto estado los huesos, pero convierte el yacimiento en una pasta pegajosa y tóxica. 

En el parque Hancock, se pueden visitar pozos aún llenos de alquitrán en el que se reconstruye la escena de un mastodonte hundíendose en la brea. También se pueden visitar los yacimientos en proceso de excavación y el museo que contiene los restos fósiles extraídos. 

En la siguiente imagen vemos el proceso de excavación, sumamente lento y complejo por el tipo de material que sedimenta los huesos. Se obsevan varios huesos asomando.

 

 Los pozos actuaron como trampa natural. En aquel tiempo Los Ángeles era un lugar templado y más húmedo, la vegetación abundaba y los animales proliferaban en ese ambiente tan propicio. Al acercarse o intentar atravesar los pozos de brea, los grandes herbívoros quedaban atrapados y a su vez los carnívoros, que intentaban aprovechar la ocasión de conseguir una presa "fácil".

El yacimiento es único porque podemos conocer la fauna y flora de un momento histórico concreto con mucho detalle. No suele ser habitual que por ejemplo se conserven aves, y mucho más complicado escarabajos, aunque son los grandes mamíferos los que triunfan en la exposición permanente del Museo del Rancho de la Brea.

Smilodon fatalis.
El león era del de mayor tamaño, aunque otros grandes felinos como el smilodon fatalis, o un pariente cercano del guepardo. También estaban presentes lobos y osos de morro corto.
  
Esqueleto completo de Megatherium.
Entre los herbívoros el más popular es el megatherium, un pariente lejano de los perezosos actuales aunque le superaba en tamaño el mastodonte también presente en el yacimiento. 

En ese paisaje de hace 40.000 años podíamos encontrar también camellos primitivos (camelops hesternus), caballos, bisontes, antílopes, ciervos y un largo etc. 
En resumen, una mezcla de fauna africana y americana junto a especies únicas ya extintas.

Sin lugar a dudas El Rancho de la Brea  tiene propiedades únicas, y no se puede comparar con ningún otro yacimiento del mundo. Gracias a este lugar hemos recuperado una instantánea de un momento remoto que hubiera sido imposible conocer, al menos no con tanto detalle.

Llevan décadas excavando y quedan muchas toneladas de brea por retirar del yacimiento. No conocemos todavía todos los secretos que se esconden en la negra y pegajosa pasta milenaria que envuelve los huesos de estas increíbles criaturas.  

Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.datuopinion.com
Fotografías: myabccoolimages.com
Fuentes:
- El Rancho de la Brea, trampa paleontológica. Autor: José Manuel Peque Martínez.


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