jueves, 3 de marzo de 2016

La Cámara de Ámbar.

En 1701 artesanos alemanes y daneses comenzaron a trabajar en lo que se conoció como la Cámara de Ámbar, o la Habitación de Ámbar. Un espacio de 55 metros cuadrados fue recubierto con paneles, zócalos y muebles formados por miles de fragmentos de ámbar. Además del ámbar, se utilizaron hojas de oro y gemas para completarla y el trabajo se finalizó en 1707. 

Réplica de la Cámara de Ámbar.
La Cámara formó parte del Palacio Real de Berlín en un primer momento pero se convirtió en un regalo de Federico Guillermo I de Prusia al zar Pedro I el Grande en 1716 y se instaló en el Palacio de Catalina en Rusia. Desde ese momento se la consideró a la Cámara de Ámbar un monumento artístico y soportó la revolución de 1917 y la guerra civil sin sufrir daños.

En 1941 comenzó la invasión alemana de la URSS. La intención de los soviéticos era desmantelar la Cámara y trasladarla a un lugar seguro, como habían hecho con otras obras de arte de Leningrado. Sin embargo no había tiempo suficiente, el ámbar era delicado y la tarea fue imposible. Ante la imposibilidad de extraer los paneles se optó por ocultarlo bajo papel decorativo y simular así el traslado.

Detalle del trabajo realizado con Ámbar en la réplica.
Los nazis tenían en su lista de objetivos recuperar la Cámara de Ámbar, al igual que otros tesoros de gran valor. La descubrieron y la trasladaron al Castillo de Königsberg. Este es el último lugar donde se sabe que estuvo la Habitación de Ámbar, aquí se pierde la pista y surgen las dudas. 


¿Se perdió durante los bombardeos realizados por los Aliados al Castillo? ¿Trasladaron la obra los nazis para intentar preservarla?

No hay respuestas firmes, pero  el descubrimiento en la Baja Silesia (Polonia) de unos túneles subterráneos que alojan un convoy nazi, inyecta una dosis de ensoñación y siembra las dudas suficientes para plantearse… ¿Se encuentra en uno de esos vagones la Cámara de Ámbar?

Tramo del túnel descubierto.
De momento nos conformaremos con contemplar la réplica realizada en 2003, que emula a la antigua habitación utilizando también Ámbar.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: National Geographic, The Guardian.
Fuentes:
- Bascompte, Ernest, «La Cámara de Ámbar — El tesoro desaparecido de la zarina», nº 44 de, Clio, Madrid, junio de 2005.
-  RT. Noticias: El Tren Nazi podría contener la Cámara Ámbar.

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