jueves, 26 de enero de 2017

Programa de Radio sobre el Pleistoceno en Burgos.

Juanjo al fondo y Juanje en primer plano.
El Prisma de la Razón es un programa de radio local que se emite en Miranda FM y Radio Espinosa Merindades, ambas radios emiten en la provincia de Burgos. La temática principal son los misterios, pero hay un hueco para la historia y este loco soñador ha participado en su tercer programa, dedicado al Pleistoceno.

Durante 60 minutos recorreremos el Burgos prehistórico de hace 1 millón de años. Veremos un paisaje cambiante de verdes praderas, bosques de robles y hayas, y glaciares que dejaron su huella en el paisaje. 

Burgos hace 800.000 años
La fauna que habitó la provincia durante ese millón de años fue cambiando pero a grandes rasgos sorprende que elefantes, rinocerontes, jaguares o pumas poblaran la tierra. Además de estos exóticos animales había zorros, jabalíes y caballos, propios de nuestro entorno, y obviamente también criaturas extintas sorprendentes como el tigre dientes de sable Homotherium.

Vivir en ese tiempo no tuvo que ser fácil y los peligros sin lugar a duda eran mayores que los que hoy en día podemos encontrarnos, aun así la especie reinante era el hombre que ya poblaba esa zona de la península hace 1.300.000 años. Desconocemos de que especie se trata, lo que está claro es que no eran sapiens como nosotros y por desgracia la incógnita no va a resolverse a corto plazo. Atapuerca tiene posiblemente la llave para abrir la puerta de las respuestas y habrá que esperar a que en futuras excavaciones haya suerte y nuevos fósiles humanos aclaren el enigma.

Homotherium.
Por desgracia para el Homotherium, a Burgos llegó hace 600.000 años el león africano y desde ese punto sus fósiles comienzan a ser menos abundantes y empieza su declive. Los últimos Homotherium aparecen en el norte de Europa. Posiblemente estas criaturas estaban especializadas en la caza de determinados animales que al escasear se llevaron consigo a los dientes de sable burgaleses.

La historia del Pleistoceno burgalés acaba con Mamuts y rinocerontes lanudos, con leones de las cavernas y hienas, además de otras muchas criaturas en su paisaje. Por desgracia desaparecieron hace unos 10.000 años, con su extinción al acabar la glaciación de Würm llegó nuestro tiempo, un tiempo ni mejor ni peor, pero sin duda diferente. Un tiempo en el que los valores y el respeto hacia la naturaleza están cuestionados.

Gracias a Juan Jesús Larradi, Juan José López y a El Prisma de la Razón por acercar pedacitos de historia a los oyentes. 

Enlaces de interés: 


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: Mauricio Antón, Kennis & Kennis.
Fotografías: El Prisma de la Razón.



http://www.ivoox.com/hace-millon-anos-audios-mp3_rf_16660414_1.html

martes, 17 de enero de 2017

Y ahora... ¡sin manos!.

Ligero, con una morfología aerodinámica y largas patas para correr. Así luce el esqueleto del Mononykus, un dinosaurio que vivió en el Desierto del Gobi hace 80 millones de años. Y como dice su nombre, Mononykus significa "garra única", tenía un robusto dedo en cada mano.

Izq. detalle de los brazos. Dcha. esqueleto Mononykus junto a gallo actual.

No se sabe cual era la función de semejante especialización. Sus dientes sugieren que era un carnívoro que se alimentaba de presas pequeñas, insectos probablemente. Se ha especulado con la posibilidad de que usara sus extremidades delanteras para romper los termiteros y acceder a las termitas, escondidas en su interior. Pero sólo son suposiciones.

Hay tres especies de dinosaurio que presentan esta característica: Alvarezsaurus, Shuvuuia y Mononykus. Pero ninguna de las tres especies aporta demasiadas pistas para resolver el misterio. Sin embargo si podemos intuir que una capa de plumas cubrían sus cuerpos, ya que el fósil de Shuvuuia tenía plumas fosilizadas. 

Recreación de dos ejemplares de Mononykus.

Mononykus es un enigma paleontológico, y sirve de ejemplo para conocer a esos "otros dinosaurios", no tan conocidos pero sumamente interesantes. Es un mundo de criaturas peculiares, que aportan un batallón de preguntas y escasas respuestas, enigmas en sí mismos que mantienen despierta la imaginación de los científicos. Porque cuando la paleontología no es capaz de dar soluciones, solo cabe la opción de soñar las respuestas.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.taringa.net.
Fotografías: www.thefossilforum.com
Fuentes: 
- Senter, 2005. Function in the stunted forelimbs of Mononykus olecranus (Theropoda), a dinosaurian anteater.
- Chiappe, Norell and Clark, 1996. Phylogenetic position of Mononykus (Aves: Alvarezsauridae) from the Late Cretaceous of the Gobi Desert. Memoirs of the Queensland Museum.
- Colección Dinosaurios de Planeta DeAgostini.


jueves, 12 de enero de 2017

Blue Babe, el bisonte azul.

El hielo ha traído hasta nuestros días los cuerpos intactos de criaturas prehistóricas conservadas durante miles de años. Son abundantes y muy conocidos los ejemplares de Mamut lanudo encontrados en Siberia, pero además de Mamuts, el hielo ha transportado en el tiempo a otras criaturas.

Recreación del descubrimiento.
En 1979 los operarios de una mina de oro en Alaska, despejaban una capa de grava con una pistola de agua a alta presión. Su intención era encontrar oro, pero en vez de eso el agua dejó al descubierto lo que parecía ser un toro momificado de color azulado. Otros huesos habían aparecido con anterioridad y se sabía que la zona era rica en fósiles de hace 40.000 años.

El ejemplar fue desenterrado completamente y analizado por los científicos que lo identificaron como Bison priscus, un bisonte primitivo de largas patas. Se supo también que la edad estimada era de unos 36.000 años, y el misterioso tono azul se lo había proporcionado el recubrimiento de fosfato de hierro.

Momia del bisonte Blue Babe.
Además el cuerpo del bisonte estaba repleto de indicios de lucha, zarpazos profundos rasgaban la piel curtida, y un diente roto permanecía incrustado en el cuerpo del bisonte. Sin lugar a dudas había sufrido el ataque de un grupo de leones. Sin embargo no había indicios de que se hubieran alimentado de él y ninguna de las heridas había profundizado lo suficiente para provocar la muerte inmediata.

Marcas de zarpazo.
No sabemos que causó la muerte a Blue Babe, nombre popular con el que se le conoce, pero podemos suponer que pese a resistir el ataque y zafarse de sus depredadores, el bisonte quedó herido y debilitado. Solo y agotado, se desplomó esperando recuperar una energía que nunca retomó. Abandonado al frío, el cuerpo fue cubierto con rapidez por la nieve y preservado durante miles de años, esperando que quizás unos buscadores de oro lo encontrasen algún día.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografía: www.alaskagirlatheart.com, www.BBC.com
Fuentes:
- www.UAF.edu
- www.alaska.edu


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