viernes, 10 de marzo de 2017

Yakutos, los cazadores de mamuts.

Un colmillo de 70 kilos asoma del permafrost siberiano. Perteneció a un Mamut de hace 90.000 años, como murió su propietario solo está en la mano de quien con la imaginación es capaz de viajar al pasado. Con esfuerzo podríamos ver el fuego de las antorchas rompiendo la oscuridad de la noche y como un grupo de mamuts asustados se divide mostrando la debilidad de los individuos inmaduros, viejos o enfermos. Los experimentados cazadores acorralan a su presa y con suerte y decisión ganan la batalla. 

Dos colmillos recuperados por cazadores yakutos.
Hoy en día los cazadores de mamuts no persiguen presas vivas y recorren la Siberia Ártica en busca de los trofeos conservados en el hielo. Ya no empuñan antorchas y lanzas de madera y pedernal, pero sí se valen de herramientas robustas y afiladas para arrancar del hielo los valiosos colmillos.

En Yakutia, actualmente República de Sajá, viven menos de un millón de personas. Centenares, sino miles de hombres de Yakutia se han convertido en cazadores de colmillos al cerrar las minas y empresas de la era soviética. Un colmillo de 70 kilos puede alcanzar en el mercado un valor de 45.000 euros.

No hace mucho, el pueblo yakuto consideraba un mal augurio tocar o encontrar un colmillo de mamut. Pensaban que eran los dientes de topos gigantes que habitaban en las profundidades de la tierra. Aun hoy muchos de los cazadores de mamuts dejan ofrendas como muestra de respeto a los espíritus del lugar. Sin embargo la supervivencia de un pueblo milenario se impone a la superstición y a la legalidad, la falta de trabajo y de recursos empuja a estos aventureros a caminar sobre la delgada línea de la "legalidad". 

Lanza y el colmillo en una lucha que sobrepasa al tiempo.
El comercio del marfil de mamut es legal, pero no está bien regulado. En un primer momento se pensó que este comercio de marfil haría disminuir el tráfico ilegal de marfil de elefante, pero nada más lejos de la realidad, al contrario, la masacre de elefantes se ha incrementado. En 2012 los funcionaros de aduana de Hong Kong requisaron la cantidad record de 5,5 toneladas de marfil de elefante.

China es el gran destinatario del comercio de marfil, se calcula que el 90% del material extraído del permafrost siberiano, más de 60 toneladas al año, acaba en este país. Una vez allí, los colmillos se limpian y se tallan, en algunos casos triplicando su valor. En Hong Kong, un colmillo tallado de 3 metros puede alcanzar los 800.000 euros. 


Autor: Germán Zanza López.
Fotografias: National Geographic.
Fuentes: National Geographic.


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