lunes, 24 de julio de 2017

Excavación de un gran saurópodo en Torrelara.

Vista general del yacimiento.
Son las 11.30 de la mañana, el sol no da tregua en un cielo despejado de nubes y los paleontólogos se resguardan bajo una lona que cubre el yacimiento. Allí nos espera Fidel Torcida, paleontólogo, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y responsable de la excavación de Torrelara. 

Nos reunimos con Fidel porque un dinosaurio lleva esperando 27 años para ser excavado, hoy por fin ese día ha llegado aunque la historia de este dinosaurio se extiende en el tiempo a lo largo de millones de años hasta el período Cretácico.

Autor del blog junto a Fidel Torcida (izq).
La primera pregunta es obvia, ¿Por qué han tenido que pasar 27 años para que los restos de este dinosaurio puedan recuperarse? El terreno, una propiedad privada, falta de financiación y otros yacimientos en los que trabajar han dilatado en el tiempo la intervención en Torrelara.
Ahora, un cambio de propietarios y un nuevo proyecto agrícola daban la oportunidad única de desenterrar al dinosaurio, "era ahora o nunca" nos dice Fidel Torcida, ya que la intención es explotar la finca en su totalidad, invadiendo la zona en la que hasta ahora reposaban los restos del dinosaurio y eso dificultaría los trabajos en un futuro.

Al conocer la historia de este Saurópodo de Torrelara, y al estar en una finca de explotación agrícola, pensamos que podría haberse descubierto durante los trabajos de labranza, pero Fidel nos corrige, "los primeros restos, un fémur, se descubrieron aquí" nos indica señalando una zona concreta del yacimiento, el lecho de un arroyo, "al circular el agua dejó expuesto el hueso y llamó la atención del propietario" que advirtió del descubrimiento.

La curiosidad por saber el tamaño del animal es evidente y así se lo hacemos saber al experto. "Por desgracia no han aparecido la escápula u otros huesos que pueden ayudarnos a determinar el tamaño del animal, pero podemos hacernos una idea de que era un animal realmente grande" Fidel acompaña sus palabras mostrándonos una vértebra caudal embalada y lista para ser trasladada al laboratorio. Su tamaño es enorme y aunque más pequeña, recuerda a la del recién presentado Europatitan eastwoodi.

Excavación del saurópodo de Torrelara.

Durante toda la entrevista un fantasma nos ha rondado, lo hemos sentido presente y se ha dejado ver. La política es un fantasma terrible por su influencia, y la falta de financiación para desarrollar proyectos como el de Torrelara, es la manera en que se manifiesta de la forma más terrorífica. Es lamentable que el motor de la paleontología de Salas de los Infantes sea la autofinanciación, un muy buen trabajo de la Fundación de los Dinosaurios de Castilla y León. Aunque en esta excavación la diputación de Burgos financia el 70% de la excavación, es evidente la falta de compromiso de las instituciones ante el patrimonio paleontológico que Burgos y sus dinosaurios nos ofrece.

Solo nos queda dar las gracias a Fidel Torcida, al Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes y esperamos que muy pronto el compromiso de un nuevo museo sea por fin una realidad.
Recuerda que puedes colaborar con la Fundación de Dinosaurios de Castilla y León.

Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: Elena Rueda Saiz.


http://www.fundaciondinosaurioscyl.com/es/c/sobre-el-museo

sábado, 8 de julio de 2017

Un cocodrilo terrestre con una sonrisa letal.

Hace 112 millones de años, un grupo de "cocodrilos" se adaptaron a la vida terrestre, sus extremidades se alargaron y se situaron más verticales respecto al tronco. Esto les permitió ser más ágiles y veloces en tierra firme, y cazar de forma más eficiente a sus presas, aunque no todos eran carnívoros.

Los descubridores, junto a mandíbulas de Razanandrongobe.

Si algo tiene de curioso este suborden de reptiles denominados notosuchia, es que presenta formas herbívoras, omnívoras y carnívoras. Cubriendo varios nichos ecológicos y adaptándose de forma asombrosa a sus entornos.

Pero la ciencia ahora tiene que corregir algunos aspectos de los notosuchia al realizar un nuevo descubrimiento. Hay que desplazar hasta el Jurásico la aparición de estos "cocodrilos terrestres", ya que el Razanandrongobe vivió en el Jurásico hace 160 millones de años. Además supera en tamaño al Barinasuchus de 6 metros de longitud, el notosuchido más grande conocido, y es que Razanandrongobe era un peso pesado de 8 metros de longitud.

Recreación de Razanandrongobe.
Por si fuera poco, su mandíbula estaba llena de enormes dientes. Los científicos que lo han descrito comparan su dentadura con la del Tyrannosaurus rex, y es cierto que hay semejanzas entre ambos animales. Son a fin de cuentas dientes muy robustos y poderosos, poseedores de una mordida mortal y potente. Era sin lugar a dudas el megadepredador de su ecosistema. 

Ojalá Madagascar, lugar donde se ha descubierto el fósil, aporte nuevos restos que completen el puzzle de este magnífico animal. Aunque sabemos lo suficiente para temer a esta "boca con dientes". Escapar a su paso veloz sería difícil, pero aún sería más complicado sobrevivir a su mordisco letal.  Y es que uno al ver el fósil solo puede alegrarse de vivir 160 millones de años después de su existencia y maravillarse ante tan fascinante depredador.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: Fabbio Manucci.
Fotografías: www.cdn.sci-news.com
Fuentes:
- Sakalavae, a gigantic mesoeucrocodylian from the Middle Jurassic of Madagascar is the oldest known notosuchian. Autores: Cristiano Dal Sasso, Giovanni Pasini, Guillaume Fleury, Simone Maganuco. 
- www.elpais.com


https://www.jurassic-dreams.com/

domingo, 2 de julio de 2017

Un muro "de dinosaurios".

El sueño de cualquier paleontólogo es encontrar un yacimiento que marque su vida y su carrera profesional. Que en él aparezca una nueva y peculiar especie de dinosaurio o un ejemplar con una conservación que deje boquiabiertos a curiosos y expertos.

En China, en el municipio de Chongquing, el sueño es una realidad; una realidad que por sus dimensiones puede cumplir el sueño, no de uno, sino de decenas de paleontólogos. El descubrimiento se realizó por casualidad en 2015, fueron los vecinos de Pu'an quienes encontraron los primeros huesos fosilizados y alertaron a los científicos.

El resultado obtenido durante dos años de excavaciones es un océano tempestuoso de números que marea a cualquiera: Una pared de 8 metros de altura y más de 150 metros de longitud, más de 5.000 fósiles del período Jurásico con entre 180 y 160 millones de años. Los dinosaurios identificados in situ corresponden a 4 grupos: Sauropodomorfos, terópodos, ornitópodos y tireóforos. Aunque hay que esperar para concretar las especies.

A) Tireóforo. B) Terópodo. C) Ornitópodo. D) Sauropodomorfo.

Los huesos tienen varias tonalidades, desde el gris oscuro hasta tonos rojizos, y aparecen de forma abundante muy juntos unos de otros. Lo que evidencia que los cadáveres fueron acumulados en una misma zona, probablemente llevados por algún tipo de corriente ya que en aquel momento ese lugar era un lago. Las causas de la muerte las desconocemos y solo nos queda conjeturar a espera de que la investigación avance. Puede que lluvias torrenciales y crecidas esporádicas de los cauces de ríos cercanos, tuvieran algo que ver con la muerte y acumulación de los cadáveres. Quizá dichos ríos conectaban con el lago y de ahí su potencial fosilífero.
 
Vista general del yacimiento.

Gracias a yacimientos como el de Chongquing podemos entender mejor a los animales que vivieron durante el Jurásico, y el paleontólogo vive el sueño imposible junto al hueso rojo.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: www.nationalgeographic.com, www.taringa.net.
Fuentes:
- www.nationalgeographic.com
- www.europapress.es
- www.thebestchinanews.com
- www.top-news.top


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