domingo, 26 de noviembre de 2017

El asesinato más antiguo de la historia.

El asesinato es tan antiguo como el ser humano, nacieron juntos y han compartido el camino de la evolución hasta nuestros días. No podemos saber cuando se utilizó un arma por primera vez para matar conscientemente. Tampoco sabemos que especie de homínido fue la primera en cometer un asesinato, pero seguramente los homínidos más primitivos ya eran portadores de éste mal.

Los chimpancés actuales atacan a clanes rivales utilizando palos y piedras, y en ocasiones matan y consumen la carne de sus rivales. Algo similar pudieron haber hecho los Australopithecus que poblaron el valle del Rift en África Oriental, pero no hay pruebas de ello.

A) Cráneo nº 17 vista frontal. B) Detalle de los impactos: T1 y T2.

El principal problema que se encuentran los paleoantropólogos para identificar un asesinato cometido en la prehistoria, son las pruebas del delito. ¿Cómo podemos asegurar que una herida que ha dañado un hueso no ha sido producida de forma casual? Un golpe, por ejemplo, que fractura el cráneo; puede ser el resultado de una caída accidental. Sin embargo hay circunstancias que no dejan lugar para la duda, y si hay un lugar para encontrar lo imposible ese lugar es Atapuerca.

20 años y 52 fragmentos de hueso hicieron falta para recomponer el cráneo número 17 de Atapuerca. No está completo al 100% y puede que algunos fragmentos no aparezcan nunca. Durante la reconstrucción y sobre todo cuando el cráneo comenzó a tomar forma, los científicos se percataron de un detalle. En la parte superior izquierda de la frente, había dos pequeños huecos en los que no se había encajado todavía ninguna pieza de hueso. Lo curioso es que dichos huecos tenían una forma similar. El ojo humano puede llevar a engaño, así que se llevó a cabo una investigación propia de la serie CSI.

En verde impacto T1 y en rojo impacto T2.
Se realizaron varios escáneres y algunos secretos fueron revelados. En la imagen de la izquierda A) vemos el cráneo 17. B) En verde y en rojo se ha marcado la silueta de ambos traumatismos: T1 verde y T2 rojo. C) Como se puede observar ambos traumatismos coinciden practicamente a la perfección, lo que nos indica que se impactó en el cráneo dos veces con un mismo objeto.

Dichos golpes se produjeron cuando aún estaba vivo y no hay signos de cicatrización en el hueso, por lo tanto le causaron la muerte. Además las marcas indican que el golpe fue realizado de forma frontal, el atacante estaba situado frente a su víctima y además era diestro. Lo sabemos por la dirección en la que el objeto impactó en el cráneo. Lo que no se sabe aún es si dicho objeto era de piedra o de madera, en cualquier caso era contundente ya que fracturó con facilidad la cavidad craneal.

No sabemos si fue una disputa entre vecinos que acabó de la peor de las maneras, o si la muerte se produjo durante una pelea entre clanes. Lo que sí sabemos es que hace 430.000 años en Atapuerca, los Homo heidelbergensis ya se mataban entre sí. Y que en un acto ritual los restos fueron arrojados a la Sima de los Huesos, formando lo que hoy en día es el yacimiento más importante de Europa. 


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.classicult.it
Fotografías: www.cadenaser.com
Fuentes: Mirar introducción.



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